Calañas es un municipio español, históricamente minero, con 2.800 habitantes, pero que llegó a tener hasta 12.700 en 1910, dedicados a esta actividad económica. Se encuentra situado en pleno corazón de la provincia de Huelva, en la comarca del Andévalo. Se eleva a 300 msnm, y está rodeado por un paisaje montañoso y pedregoso plagado de cerros y montes, de los que destacan El Mirante al este, y El Peñasco al oeste, pudiendo ser visitados en rutas.
Ha pasado por diferentes nombres: “Calama”, “Cabañas”, hasta la actual “Calañas”.
Los primeros asentamientos humanos datan de la edad antigua, con tartessos, luego romanos, motivados por su riqueza mineral; en un primer momento plata, no cobre, según lo que nos cuentan las minas y los hallazgos arqueológicos posteriores a los musulmanes de la Cora de Niebla. Hasta llegar a manos de D. Alfonso Pérez de Guzmán, Conde de Niebla y Duque de Medina Sidonia, a quien el Rey Enrique II otorgó esta tierra a modo señorío. En esta época decae la minería, y es la ganadería la actividad principal, con grandes cabañas de porcino, ovino y caprino.
No fue hasta el s. XIX, con la industrialización, cuando la minería volvió a tomar relevancia en Calañas, abriendo diferentes minas (hasta 108 concesiones), de entre las que destacan las de pirita por su riqueza en cobre y azufre. Esto lleva de la mano la construcción de una vía férrea para el transporte del mineral, al que se añadieron también otras mercancías, y más tarde pasajeros, y éstos hasta nuestra actualidad.
Destacadas construcciones son de esta época, prácticamente desde el s. XVIII, que predominan por su estilo popular y funcionalidad: Ayuntamiento, Iglesia de Santa María de Gracia, Convento de San José, Mercado de Abastos, Plaza de la Coronada.
A importantes fiestas, como las Patronales de Nuestra Señora de la Coronada, entre marzo y abril, se suman culturas, costumbres, música… además de una exquisita gastronomía, principalmente relacionada con el cerdo ibérico, el chivo o borrego, y los famosos gurumelos (amanita ponderosa).
Os invitamos a visitar Calañas para disfrutar de todo ello, así como para descubrir otras historias y anécdotas como la del sombrero calañés, el fandango de Calañas, el dulce “esesita”, el abanico de papel… ¡y la hospitalidad de nuestra gente!




Texto: Belén Mª Santos. Fotografías: Alvantonio Artística. Todos los derechos reservados. Fuentes de información sólo para socios.
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